domingo, 7 de junio de 2015

Parriza, arce, "Acer granatense Boiss."

El nombre de la especie que tratamos en esta entrada viene del latín acer, aceris, denominación dada por los latinos a los arces, en general por la dureza de su madera. El epíteto específico se refiere a la procedencia granadina del ejemplar que sirvió para describirla. Hoy hablamos de los arces, parrizas o parrizones, "Acer granatense Boiss." Un árbol que, donde aparece, enciende de color amarillo-anaranjado el paisaje segureño durante el otoño, reconfortando nuestra vista que, tan al sur, no suele disfrutar de la visión de caducifolios, por ser éstos poco abundantes.

Foto 1. Arce sobre un roquedo, a salvo de herbívoros, su principal amenaza hoy día, sierra Seca.

En el sudeste ibérico estos árboles no suelen formar bosques, pero sí crecen todavía dispersos por nuestros montes. Son pequeños árboles caducifolios, con trimonoecia -flores femeninas, masculinas y hermafroditas sobre la misma planta- de hasta 10 m de altura, de porte regular, y cuya copa suele ser redondeada cuando vive aislado.  Los ejemplares de esta zona pueden llegar a medir hasta unos 16 m de altura, aunque son más frecuentes en estado arbustivo, ya que suelen estar en los límites de su óptimo ecológico y ramoneados por el ganado.

Foto 2. Arce singular en la ladera del macizo de Revolcadores.

Esta especie fue descrita por Pierre Edmond DE BOISSIER, de ahí  el vocablo "Boiss." que sigue al epíteto de la especie, cuando nos referimos a ella con su binomio latino (Acer granatense Boiss.). Este botánico, nacido en Ginebra en 1810, viajó por Andalucía en el año 1837 ante la baja probabilidad de descubrir nuevas especies vegetales en Europa, atraído por la posibilidad de realizar algunos descubrimientos. 

Figura 1. Itinerario de Boissier por tierras almerienses, representado en el mapa de T. López:
Mapa geográfico del Reino de Granada (1795)
Fuente: www.dipalme.org 
Preparó su ruta con detenimiento, dada la tortuosa situación sociopolítica en nuestro país y la abrupta topografía, aprendiendo incluso nuestro idioma. Este viaje dio lugar a la publicación por entregas, entre 1839 y 1845, de su aportación más importante a la flora andaluza "Voyage botánique dans le midi de l'Espagne", obra en dos tomos, el primero de los cuales trata de sus impresiones del viaje, describiendo las especies vegetales del reino de Granada, y el segundo contiene la descripción latina y observaciones sobre cada una de ellas, reproducimos aquí una parte de la descripción que este ilustre científico hizo del árbol que hoy nos ocupa:

ACER. L.

341. Acer opulifolium. Vill. Var. Granatense N.
A. Granatense Boiss. El. nº 3g.
Folia cordata subrotunda quinqueloba suprà glabra subtùs velutina. Lobi subacuti obtusè dentati. Petioli pedicellique hirtuli. Fructus subpilosi alis vix divergentibus.
In rupestribus regiones alpinae, in Sierra Tejeda olim commune nunc ferè destructum, Sierra Nevada ad rupes Dornajo dictas et secùs rivos Monachil et Dilar. Alt. 5000’-6000´.


Foto 3. Sierra Tejeda, Málaga, obsérvese la falta de cobertura arbórea de la actualidad.


Foto 4. Masa de caducifolios, incluidos arces, en alrededores del río Dílar con el Trevenque al fondo,
entorno donde De Boissier describe el arce de Granada.

Y después de la descripción de De Boissier, seguimos con la nuestra: 

Tienen las parrizas el tronco bien definido, recto, aunque en suelos rocosos pasa a ser un poco tortuoso, con corteza pardo-grisácea, gruesa, agrietada, como vemos en la foto 5, del tronco del monumental Arce del Barranco de la Cueva del Agua (Moratalla), que nos acompaña siempre a la cabecera del blog. 

Foto 5. Detalle del tronco. Arce del Barranco de la Cueva del Agua.

Las ramas son grisáceas, de corteza lisa, las más jóvenes verdosas o rojizo-purpúreas, pubescentes (que presentan su superficie vellosa, cubierta de pelos finos y suaves). Hojas opuestas, palmeadas,con 3, 5 o más lóbulos desiguales, los laterales más pequeños, lo que les diferencia del Acer monspessulanum, que también aparece en el sureste ibérico, y que tiene las hojas con 3 lóbulos enteros y subiguales. Son glabras (lisas, brillantes, sin pelos) y de color verde intenso por el haz, siempre pubescentes y un poco más claras por el envés, con peciolo bien desarrollado.

Foto 6. Hojas de Acer granatense Boiss.
Sus flores son verdoso-amarillentas, como ya hemos dicho, de tres tipos: femeninas, masculinas y hermafroditas, aparecen en una inflorescencia corimbiforme, colgante, con pedúnculos pubescentes, entre los meses de marzo a mayo.

Foto 7. Detalle de inflorescencia.

Fructifica de septiembre a noviembre, siendo su fruto la unión de dos sámaras monospermas provistas cada una de un ala larga dispuestas en ángulo agudo muy cerrado o paralelas, a veces convergentes, tanto que las alas se tocan en su parte terminal.

Foto 8. Frutos de arce, sámaras monospermas.

Este árbol aparece en montañas húmedas del este y sur peninsular, Baleares y norte de África. Su hábitat son, casi siempre, los terrenos carbonatados (dolomías y calizas), por encima de los 1.200 m de altitud, sobre laderas generalmente orientadas al norte, con ombrotipo como mínimo subhúmedo (más de 600 mm anuales), dentro de los pisos meso y supramediterráneo.

Figura 2. Mapa de distribución de Acer granatense Boiss.
Redibujado de www.anthos.es

La madera del arce es de gran dureza, de hecho, ha sido empleada para piezas que requerían elevada resistencia en carretería y maquinaría hidráulica tradicional (molinos, sierras de agua, etc.). Otro de los usos dados a la madera de parriza en algunos territorios donde es relativamente abundante, por ejemplo en las sierras del Segura, es su empleo para fabricar la bola de los Bolos Serranos (Aparicio, 1992), un juego tradicional de dicho territorio. Si bien, esta bola puede ser también de carrasca, enebro o, incluso hoy día, de materiales sintéticos (Cuadros, 2002).  Por lo demás, el arce se ha utilizado también por su leña y carbón, como lo demuestra el hecho de que muchos de los árboles adultos hoy día sean rebrotes, tras el abandono de dichos aprovechamientos. En las últimas tres décadas la especie es empleada puntualmente en repoblaciones forestales.


Como colofón final sobre la especie de hoy, comentar que la hoja de otro arce (Acer saccharum), es el escudo de la bandera de Canada que todos conocemos. Por cierto, de este árbol americano se extrae el afamado y dulce sirope de arce.


Foto 9. La co-autora del blog indicando a  la hoja del 
arce en la frontera de Canada.

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