jueves, 26 de febrero de 2015

Latonero, almez "Celtis australis"

El nombre genérico de esta especie es el que le daban los latinos, y el epíteto, también de origen latino se refiere a que procede del sur. Conocido en nuestra tierra como "latonero" o "lironero", el almez (Celtis australis) es un árbol, con alturas comprendidas entre los 15-20 m, aunque puede alcanzar hasta los 30 y, por lo general llega a tener un diámetro de tronco de 1 m o incluso un poco más, aunque en el sudeste ibérico hay ejemplares monumentales que casi alcanzan los 2 metros.

Foto 1. Latonero de la Encarnación

La corteza del tallo y ramas principales es de un color blanquecino muy característico, lisa, con pocas grietas y cuando éstas aparecen, son poco profundas (Foto 2). Las hojas son alternas, de color verde intenso doblemente dentadas y caducas. Florece de abril a mayo, y nos regala los latones (almecinas), su fruto, que es una drupa (fruta) comestible, desde agosto hasta noviembre (Foto 3). Dicho fruto es una significativa fuente de alimentación para un gran número de aves frugívoras. En nuestro territorio es la merla (mirlo), tal vez, la principal consumidora de latones y, por ende, una excelente dispersadora de sus semillas que acabar generando pequeños latoneros en los lugares donde el ave las deposita, toda vez que ha consumido la carne del fruto. Por lo demás, los niños de las zonas rurales de Tudmiria han jugado con el hueso del fruto como proyectiles lanzados con cerbatana.


Foto 2. Almez del Molino de la Olma

Foto 3. Hojas y frutos de latonero

Se extiende por todo el Mediterráneo (Figura 1), sobre bosques de diverso tipo, pero principalmente riparios, sobre terrenos tanto básicos como ácidos, con suelos profundos y relativamente húmedos, más frecuentemente junto a ríos y arroyos, aunque sea en terreno pedregoso, y se ve favorecido por las prácticas agrícolas y podas. No soporta bien las heladas, requiere climas templados y cálidos, por lo que no suele superar los 1.200 m de altitud.

Figura 1. Distribución de Celtis australis en el Mediterráneo. Blanco et al, 1997


En el sudeste ibérico es una especie relativamente común, silvestre, asilvestrada o cultivada, por los encajonamientos del río Segura desciende hasta Archena y Ulea, y ha sido cultivado prácticamente en toda las zonas de regadío tradicional de las cuencas del Segura, Vinalopó y  Almanzora. Hoy día, en las zonas cálidas de vega de dichas cuencas se pueden encontrar almeces asilvestrados en algunos bancales  que no se cultivan desde hace décadas.

Foto 4. Almez de 3 años plantado en un barranco del sudeste.

En la Figura 2 vemos cómo se extiende por gran parte de la
Península Ibérica, aunque es más frecuente en el Este y Sur.


Figura 2. Distribución de Celtis australis en la Península Ibérica. Blanco et al, 1997



El latonero posee una madera bastante elástica y dura por lo que se usa en carretería y para fabricar astiles y útiles de agricultura. Fue también usado para leña y carbón. Además, se emplea para ramón (alimento) del ganado, como ornamental y, como ya hemos dicho, sus frutos son comestibles.



Foto 5. Almez del Molino de la Olma
A pesar de su carácter primocolonizador, el estado de la especie en nuestra área no es muy dinámico, ya que las zonas de vega por donde se extendía han sido muy alteradas o urbanizadas. Los ejemplares mas nobles se encuentran obviamente en el seno de regadíos tradicionales, el Latonero de la Encarnación (Foto 1) y el del Molino de la Olma (Fotos 2 y 5) son unos representantes singulares de esta especie en nuestro territorio y los conoceremos mejor más adelante, en una entrada dedicada exclusivamente a cada uno de ellos.


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